Arquitecto: Nuno Gaspar Ubicación: Fuerteventura, Islas Canarias, España Superficie terreno: 560 m² Superficie construida: 492 m² Año de construcción: 2008 Materiales predominantes: Hormigón, Cristal, Madera Fotografías: Cortesía Nuno Gaspar
Con los ajetreos de la vida moderna y la pasión por el trabajo que ocupa a muchos, en este proyecto se hizo lo que cada vez más profesionales deciden: poner bajo un mismo techo el estudio y la casa.
En un juego de formas que combina elementos típicos de la arquitectura autóctona con otros más modernos y funcionales, la distribución por las 3 plantas de la casa es fruto de un cuidado proceso de investigación. El objetivo: hallar las soluciones más idóneas y que respeten el entorno. Por eso se optó por la madera, el cristal y el hormigón como materiales básicos. El resultado: una arquitectura serena, que genera interiores confortables jugando con la luz, la línea y el volumen.
Una de las particularidades de la casa, orientada hacia al sur, es la configuración de la fachada, que está estudiada para conseguir el disfrute absoluto del espacio interior y exterior, permitiendo la máxima captación solar en los meses de invierno y, al mismo tiempo, protegiéndose de los implacables veranos de las Islas Canarias.
El contacto con el exterior se produce de forma directa, protegido por el espectacular vuelo del volumen que corresponde al dormitorio principal.
El color blanco se pasea por todos los muros y tabiques de la casa y multiplica la luminosidad que logra un gran ventanal, que se extiende a lo largo de todo el salón, decorado en tonos blancos, negros y grises, consiguiendo un espacio puro y diáfano.
Desde el salón, en planta baja, arrancan 2 esculturales escaleras que conducen, una al nivel inferior, donde se sitúan la zona de ocio, el garaje y el estudio, y la otra al nivel superior, ocupada exclusivamente por la habitación principal con sus servicios adyacentes.
En el suelo de las zonas comunes se ha optado por un pavimento de mármol extraído de las canteras de Estremoz, en el sur de Portugal. Para las zonas de estudio y ocio se ha elegido un pavimento de cemento pulido, mezclado con polvo de mármol y tinte, que le confiere el mismo tono que el del terreno que rodea la edificación. Para el suelo de los dormitorios se ha preferido utilizar tarima de madera de ipe, que proporciona una textura más confortable a los pies descalzos y que indudablemente aporta el calor relacionado con el confort de las estancias destinadas al descanso.